Preocupación por el bullying: Educación impulsa acciones en el nivel secundario
En un contexto donde las redes sociales y la virtualidad han cobrado un rol protagónico en la vida de los adolescentes, el Ministerio de Educación de la provincia redobló esfuerzos para abordar la convivencia escolar en el nivel secundario, una problemática que ha generado preocupación en las comunidades educativas y en las familias.
Marisa Arredondo, directora provincial de nivel secundario, dialogó con Radio Fueguina y compartió detalles sobre el trabajo que se viene realizando desde su área en articulación con otros organismos, como el Ministerio de Bienestar, la Justicia y la Universidad, con el fin de abordar de manera integral las situaciones de acoso, violencia y bullying dentro y fuera de los establecimientos escolares.
“La convivencia escolar es un eje clave que afecta directamente la trayectoria pedagógica de los estudiantes”, señaló Arredondo. En ese sentido, detalló que desde el año pasado se vienen realizando encuentros para articular acciones y circuitos de intervención ante casos complejos. Aunque este año aún no se concretó un nuevo encuentro, destacó que han surgido respuestas que se están implementando en las escuelas.
Uno de los pilares de esta estrategia fue la revisión de los acuerdos escolares de convivencia, para lo cual se promovieron reuniones obligatorias con las familias al inicio del ciclo lectivo. “Informar y acordar con la familia los circuitos de comunicación es esencial, porque muchas veces lo que falla es justamente eso: el vínculo entre escuela y hogar”, explicó.
Arredondo remarcó que el trabajo con los adultos responsables es fundamental, ya que los estudiantes muchas veces enfrentan situaciones de violencia o acoso sin contar con el acompañamiento necesario. “Un chico que no tiene un adulto que lo respalde queda parado en un lugar que lo pone en riesgo”, advirtió.
Durante el primer cuatrimestre del año se llevaron a cabo acciones de concientización sobre el bullying, como la Semana de Prevención del Acoso Escolar. Sin embargo, la funcionaria lamentó que no se haya logrado la participación esperada por parte de las familias. “Creemos que en este segundo tramo del año debemos reforzar ese espacio, porque son temas que están presentes todos los días y que no son fáciles de abordar, más aún con el impacto de las redes sociales”.
En esa línea, reconoció que los conflictos muchas veces se gestan o se potencian en el universo digital, a través de canales de difusión o mensajes que circulan entre adolescentes, y que derivan en situaciones de miedo, aislamiento o violencia. “Necesitamos que las familias sepan que esos canales existen, que revisen los celulares. A veces, ahí está la respuesta de por qué un chico no quiere ir a la escuela”, expresó.
Arredondo también se refirió a la complejidad que implica para los adultos acceder al contenido de los teléfonos de sus hijos, por la tensión que se genera al invadir ese espacio personal. No obstante, insistió en que “los únicos con potestad para revisar un celular son las madres y padres, y muchas veces allí se esconden las razones del dolor de los chicos”.
En los últimos tiempos se han registrado casos alarmantes que llegaron incluso a involucrar armas blancas en los colegios. En muchos de estos hechos, las amenazas previas se produjeron en redes sociales, lo que da cuenta de una escalada preocupante. “No deberíamos hablar de armas en las escuelas, ni ver chicos llorar porque tienen miedo. La escuela debe ser un lugar de cuidado, y eso solo lo podemos lograr trabajando con las familias”, afirmó.
La directora valoró el espacio que se ha abierto en el marco del proceso de transformación educativa impulsado por el gobierno provincial. “Nos ha permitido escuchar a los docentes y a los estudiantes. Ahora necesitamos escuchar a las familias. Los tres sectores coinciden en que hacen falta límites, pero muchas veces no sabemos cómo ponerlos”, sostuvo.
Finalmente, Arredondo dejó un mensaje claro: “La escuela no puede transformarse en un campo de batalla. Debe ser un lugar de cuidado, respeto y contención. Y para lograrlo necesitamos profundizar el trabajo conjunto entre docentes y familias, porque los chicos son producto de ambas”.
El compromiso del Ministerio de Educación es claro, y si bien el camino es complejo, se están generando acciones concretas para construir entornos más sanos, empáticos y seguros para todos los estudiantes fueguinos.