En el marco de los 104 años de nuestra querida ciudad de Río Grande, el Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Tierra del Fuego y el Centro de Antiguos Pobladores presentaron un cálido micro radial que nos permitió viajar al pasado a través de los recuerdos y testimonios de quienes crecieron y construyeron esta tierra desde sus cimientos.
Con la participación de Susana Soto, presidenta del Centro de Antiguos Pobladores, y de las antiguas pobladoras Guillermina Tenorio y Mabel Almonacid, el encuentro se convirtió en una emotiva charla cargada de memorias entrañables, anécdotas familiares y profundas reflexiones sobre la vida en aquellos inviernos duros, donde el viento, la nieve y el barro formaban parte del paisaje cotidiano.
Guillermina Tenorio, nacida hace 68 años en pleno corazón de Río Grande, recordó cómo sus padres llegaron desde Chile en 1947 buscando una nueva vida. Narró con cariño cómo su madre, sin un municipio que regulara el reparto de tierras, se presentó ante el prefecto naval para solicitar un terreno y recibió como respuesta: “Elija el terreno que usted quiera”. Así comenzaron a forjar su hogar, en una ciudad donde “el 11 de Julio terminaba en la Perito Moreno” y todo lo demás era campo.
Relató también cómo los inviernos eran tan crudos que sus hermanos mayores no sobrevivieron al frío al nacer en el batallón. Recordó con ternura a personajes entrañables como “el Berrio Hidal”, quien con su camión rojo abastecía a las familias de leña, y cómo los apodos eran los verdaderos sellos de identidad del pueblo.
Mabel Almonacid, por su parte, rememoró la llegada de su padre en barco en los años 30, su vida como albañil, pescador y zapatero, y la crianza de sus nueve hijos en una humilde casa de la calle Estrada. Evocó con alegría los juegos de trineo, las guitarreadas en la esquina, y las tareas asignadas a cada hija para mantener la huerta familiar. Compartió también cómo su compañero de vida, Víctor “Cachuso” Pérez, fue una figura destacada del deporte local, al igual que sus hermanos.
Ambas mujeres recordaron con emoción las épocas en las que se casaban jóvenes “para no pasar tanto frío”, y cómo dedicaron sus vidas a formar familias numerosas, luchando contra crisis económicas y desafíos personales. Pero también celebraron los frutos de ese esfuerzo: hijos profesionales, nietos que estudian en otras provincias, y el orgullo de caminar por Río Grande y ser saludadas con cariño por toda la comunidad.
Este micro también rindió homenaje a figuras inolvidables como el Padre Bonichelli, quien desde el Don Bosco no solo enseñaba botánica e italiano, sino que impulsaba el deporte entre los jóvenes, abriendo el gimnasio todos los fines de semana. El relato de cómo se fundó el Club Sportivo en una casa de familia, con el esfuerzo conjunto de hombres y mujeres, completa este retrato de una comunidad que creció con trabajo, unidad y amor.
“Es lindo andar por la calle y que todo el mundo te salude. Eso quiere decir que hemos hecho las cosas bien”, expresó con emoción Guillermina, resumiendo en una frase el espíritu de esta ciudad que, más allá del viento y el frío, se construyó con valores sólidos y corazones cálidos.
Río Grande cumple 104 años. Y sigue creciendo con las raíces profundas de su gente.
() Aire Libre FM 96.3: