“Desde hace unos años, particularmente después de la pandemia y durante esta gestión provincial, se han reinstalado casi de forma sistemática estos paros encubiertos, que solo existen en Tierra del Fuego. Yo los llamo paros ilegales, porque es lo que son. Y lo más grave es que quienes terminan pagando las consecuencias son los más vulnerables: nuestros chicos”, expresó Villegas en Radio Provincia.
El legislador afirmó que está dando los últimos retoques al proyecto y que será presentado a más tardar este jueves. “La Legislatura no puede seguir mirando para otro lado. Estas desobligaciones no son más que medidas de fuerza encubiertas, sin notificación formal al empleador ni al Ministerio de Trabajo, que buscan eludir las consecuencias legales que tendría una huelga declarada en los términos formales”.
Según Villegas, “es una práctica avalada por la arrogancia y la soberbia de una dirigencia sindical como la del SUTEF, que vive mintiendo a los docentes, haciéndoles creer que estas medidas son legales cuando no lo son, y también por un gobierno timorato, cómplice, que no toma decisiones para garantizar el derecho a la educación”.
En ese sentido, recordó las palabras del gobernador Gustavo Melella en la apertura de sesiones del 1° de marzo, cuando afirmó que el centro del sistema educativo son los niños: “Lo que dice Melella suena lindo, es emotivo, pero la realidad lo contradice totalmente. Hoy tenemos más horas de desobligación que horas de clase efectiva. Y eso no puede seguir siendo naturalizado”.
Además enfatizó que su proyecto no busca negar el derecho a la protesta ni deslegitimar los reclamos salariales de los trabajadores, pero sí poner límites al uso abusivo de mecanismos que lesionan derechos fundamentales. “La Constitución reconoce el derecho a huelga, sí, pero con limitaciones. No hay derechos absolutos. Y mucho menos cuando están en juego derechos superiores como el de los niños a aprender y formarse”.
Finalmente, el legislador fue tajante: “A mí no me asusta que me critiquen o me insulten por proponer este debate. Una puteada más o menos no me cambia nada. Lo que sí me preocupa es que sigamos siendo cómplices del abandono educativo que estamos viendo. Y frente a eso, no hay costo político que valga. Hay que hacer lo que hay que hacer”.