Desde su carnicería en Tolhuin, Julio Adorno compartió su visión en AIRE LIBRE FM sobre la Resolución 460/2025 del SENASA. Con décadas de experiencia en el rubro, considera que una mayor oferta de carne con hueso plano podría beneficiar al consumidor y dinamizar el mercado.
La autorización del ingreso de carne con hueso plano a la Patagonia generó posturas encontradas. Mientras que desde el sector productivo se advierte sobre el riesgo sanitario, en el comercio minorista algunos referentes celebran la posibilidad de mayor abastecimiento y precios más accesibles. Tal es el caso de Julio Adorno, carnicero y propietario de la carnicería Lo de Julio, ubicada en Tolhuin, quien sostiene que “si hay más oferta, el precio tiene que bajar. Es algo lógico, en el mercado siempre pasó eso”.
Aunque aclara que aún no hay confirmación concreta sobre la implementación de la medida en la práctica, ve con buenos ojos el cambio: “Sacaron la resolución del SENASA, pero todavía no me han confirmado nada que se pueda ingresar”.
Adorno conoce de cerca la realidad del abastecimiento en Tierra del Fuego: “Acá el problema es en invierno, que no tenés animales para faenar. Entonces siempre tenés que depender de lo que viene de afuera. Ojalá tuviéramos carne todo el año en Río Grande”.
Desde su experiencia, destaca que el objetivo debe ser beneficiar al consumidor: “Lo que se tiene que tratar es de brindarle varias opciones al consumidor, que es el que sufre siempre los aumentos. Estoy de acuerdo con esta medida porque va a haber más oferta, siempre que se haga todo como corresponde”.
El carnicero fueguino también expresó una mirada crítica sobre las decisiones políticas: “El gobierno tiene que cuidar que no afecte a otros sectores indirectamente. Siempre hay políticas para favorecer a algunos y a otros no. Acá se trata de repartir la torta, como se dice”.
Con una lógica de mercado clara, afirmó: “El que mueve el mercado es el que consume. Si hay más oferta, baja el precio. Si hay más consumo, se levanta la producción. Es una cadena lógica”.
Por último, recordó cómo era el comercio cárnico décadas atrás: “Cuando trabajaba en Río Grande, desde el año 97 en adelante, entraba la media res completa y el precio era otro. A medida que esa carne dejó de ingresar, la oferta bajó y el precio subió. Al haber menos oferentes, sube el precio. Si hay más, baja. Pasa con todos los productos”.
Con la expectativa puesta en que se concrete la implementación, Adorno cerró con un deseo que resume el espíritu de su postura: “Ojalá que se pueda abrir y haya mucha más oferta, para que baje el precio de la carne, que la gente consuma más y esté todo mejor”.
(EN EL AUDIO LA ENTREVISTA COMPLETA)
