Mientras en gran parte del país el invierno impone bajas temperaturas, la Mesopotamia argentina se convierte en un oasis térmico con máximas que superan los 25 °C en julio.
Ideal para quienes quieren escapar del frío sin alejarse demasiado, la región despliega su abanico de opciones que combinan termalismo, gastronomía, biodiversidad y cultura viva.1. Entre Ríos: termas, pasaporte y #ModoCarpinchoLa provincia lanzó su temporada de invierno en Buenos Aires con la campaña #ModoCarpincho. Esta inspirada en el símbolo de paz y naturaleza que representa este animal. “Vacacionar en modo carpincho” resume la propuesta: relax termal, rutas del vino, vida rural e historia argentina, todo en cercanía con la provincia de Buenos Aires.El Pasaporte Entre Ríos, descargable desde la web oficial, ofrece beneficios y descuentos en parques termales, hospedajes y restaurantes. Localidades como Colón, Villa Elisa y San José promocionan circuitos con múltiples piscinas (algunas a 32 °C), spa, gastronomía regional y propuestas culturales ligadas a la historia del país, como las estancias de Urquiza o las colonias inmigrantes.

2. Corrientes: esteros, chamamé y mucho payéEn guaraní, payé significa magia, y Corrientes despliega ese encanto con propuestas centradas en los Esteros del Iberá, uno de los humedales más importantes de Sudamérica. Accesibles desde Colonia Carlos Pellegrini (Portal Laguna Iberá) o Ituzaingó. Los esteros ofrecen navegaciones entre yacarés, carpinchos y ciervos de los pantanos, caminatas guiadas y avistaje de más de 400 especies de aves.El circuito se completa con gastronomía regional impulsada por los Cocineros del Iberá. Una movida que revaloriza los sabores locales: chipás, cazuelas de cordero, pacú, dulces y budines de yerba mate.Con máximas de hasta 27 °C en julio, es una excelente opción para quienes buscan playas de arena clara, naturaleza exuberante y experiencias culturales con identidad.

3. Chaco: esculturas, bosques y cielos legendariosResistencia, capital chaqueña, es un museo a cielo abierto con más de 660 esculturas urbanas, sede de la Bienal Internacional de Escultura y joyas culturales como El Fogón de los Arrieros. Pero el invierno también es momento ideal para adentrarse en el Parque Nacional El Impenetrable, donde glampings, campings y eco-hosterías ofrecen una inmersión total en el corazón del bosque chaqueño.Desde Villa Castelli hasta el paraje La Armonía, las travesías incluyen exploración fluvial, caminatas interpretativas y observación de fauna. A ello se suman otros destinos como Campo del Cielo —con restos de uno de los mayores meteoritos del mundo—, las termas de Sáenz Peña o el Parque Nacional Chaco. Las temperaturas, de entre 21 y 22 °C, acompañan para reconectar con el entorno.

4. Misiones: selva, cultura y el poder del aguaCon temperaturas de hasta 27 °C, Misiones despliega una oferta que va más allá de las Cataratas del Iguazú. Puerto Iguazú, en el extremo noreste del país, se consolida como destino vibrante de vida nocturna, gastronomía local y actividades eco-culturales. Desde el Hito de la Triple Frontera hasta la feria de artesanos, la ciudad invita a explorar con calma.El Parque Nacional Iguazú demanda al menos dos días de recorrido para disfrutar del tren ecológico, senderos, safaris fotográficos y navegación entre las cascadas.En las afueras, destacan la Reserva Yryapú —con lodges sostenibles en plena selva—, las visitas a comunidades guaraníes y la imperdible Ruta de la Yerba Mate, donde es posible hacer catas, conocer chacras y ver el proceso productivo en cooperativas locales.
