El intendente de Río Grande, Martín Perez, cuestionó con firmeza la decisión del Gobierno Nacional de avanzar en la eliminación de aranceles a la importación de celulares. Advirtió que se trata de una exigencia del FMI que pone en riesgo la industria fueguina, el empleo y la soberanía en el sur del país. En este contexto, se encuentra en Buenos Aires manteniendo reuniones con empresas vinculadas al entramado productivo fueguino.
Perez expresó su rechazo al anuncio realizado por el vocero presidencial, que implica una reducción progresiva de los aranceles —del 16% al 0%— hasta enero de 2026. Para el jefe comunal, no se trata de una decisión técnica sino de una acción política con consecuencias concretas sobre el empleo y la producción nacional.
“Lejos de ser una medida técnica, es una decisión política que dañará a la industria fueguina y a sus puestos de trabajo”, afirmó.
Asimismo, agregó: “a esto se suma la reducción de impuestos internos para celulares, televisores y aires acondicionados importados, lo que agrava aún más la presión sobre nuestra industria”.
La preocupación del intendente se centra en el impacto que esta desregulación tendrá en el Polo Industrial de Tierra del Fuego, donde se fabrican gran parte de los celulares comercializados en el país. En su mensaje, subrayó que la medida compromete más de cinco décadas de desarrollo sostenido en la región y amenaza con desmantelar un esquema productivo estratégico para el sur argentino.
“¿Cómo se puede construir futuro si lo que se pretende es desmantelar más de 50 años de esfuerzo en el Polo Industrial fueguino?”, se preguntó.
Además, remarcó que esta decisión se enmarca en una política económica que prioriza cumplir con los compromisos externos antes que cuidar el trabajo argentino.
Finalmente, el Intendente ratificó su compromiso con la defensa del empleo y del aparato productivo fueguino: “desde nuestra comunidad vamos a defender con decisión cada puesto de trabajo, cada inversión y cada logro productivo”.
La eliminación de aranceles para la importación de productos electrónicos genera fuerte preocupación en toda la provincia y suma tensión en un contexto donde la industria fueguina enfrenta ya múltiples desafíos.