En el marco del aniversario número 104 de Río Grande, el Sindicato de Petroleros Privados de Tierra del Fuego y el Centro de Antiguos Pobladores cerraron el ciclo de entrevistas con una charla especial: no se trató de una nota institucional, sino de un recorrido por la vida personal de Martín Pérez, actual intendente de la ciudad.
Con una mirada íntima y emotiva, Pérez compartió cómo fue su infancia en los barrios Intevu y 2 de Abril, la llegada de sus padres desde Entre Ríos, sus estudios, sus amigos de la infancia y su vínculo profundo con la comunidad. “Río Grande es una ciudad que cuando uno la quiere, la ama profundamente. A veces hasta te gusta el invierno”, expresó entre sonrisas.
Nacido en Entre Ríos y radicado en Tierra del Fuego desde los dos meses de vida, Martín es el mayor de cuatro hermanos. Su padre, como tantos migrantes que llegaron buscando un futuro mejor, comenzó lavando autos y fue forjando un camino de esfuerzo en una ciudad que en los 80 apenas superaba los 6 mil habitantes.
“Nos criamos en la calle, en el barrio, con veranos de días eternos donde las madres gritaban desde la ventana para que volviéramos a casa. Hoy eso cambió mucho”, recordó con nostalgia.
Cursó sus estudios primarios y secundarios en la Escuela 14 y el Colegio Don Bosco, donde también comenzó su militancia en el centro de estudiantes. Estudió Ciencias Políticas en la UBA, especializándose luego en Administración Pública. Pasó una década en Buenos Aires, trabajando en organismos nacionales y adquiriendo experiencia legislativa antes de regresar definitivamente a su ciudad natal.
“Volver a Tierra del Fuego después de estudiar todo el año es una de las sensaciones más lindas que puede tener un fueguino”, aseguró al hablar del desarraigo y de la importancia de acompañar a los jóvenes estudiantes de hoy.
Martín también compartió detalles de su vida familiar: su hijo Santi nació en 2018, y en 2023 se casó con su pareja de toda la vida, Lore, con quien lleva 14 años. “Ser papá a los 45 es distinto, se disfruta de otra manera”, reflexionó.
En la entrevista también habló sobre su grupo de amigos de la infancia, las reuniones de los jueves, el valor de tener personas cercanas que piensan distinto y la importancia de mantener una vida cotidiana cercana a los vecinos. “Trato de llevar una vida normal, salir, caminar, hacer las compras, estar con mi hijo. Ese contacto es esencial para no perder la perspectiva”.
Este testimonio cerró con calidez un mes cargado de historias de vida, viento, nieve y barro, con protagonistas que construyeron la ciudad desde sus raíces. Martín Pérez no solo es el intendente: es también un hijo de Río Grande, parte viva de su historia, su presente y su futuro.
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